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6/6/18

Dioses de bizcochuelo que despabilan nuestro adormilamiento.

En un texto que refiere a las creencias del hombre , en la prehistoria ,cuna  del arte rupestre, Gombrich (Sir Ernst Hans Josef Gombrich, nace en Viena, 30 de marzo de 1909- fallece en Londres, 3 de noviembre de 2001, fue un historiador de arte británico de origen austriaco, que pasó gran parte de su vida en el Reino Unido.) se introduce en el espíritu de los “pueblos primitivos”  para descubrir qué clase de experiencia es la que les hizo realizar esas fantásticas obras  en las paredes de las  cuevas de  Altamira. Para él, esos dibujos eran “objetos de poderoso empleo” Y nos dice para introducirnos en el tema: …“en lugar de comenzar por la época glaciar, empecemos con nosotros mismos. Supongamos que tomamos un retrato de nuestro jugador de futbol favorito  o de la estrella de cine que preferimos, publicado en un periódico del día. ¿Disfrutaríamos pinchándoles los ojos con una aguja?”, (Por mi parte hasta me costaría hacerle un rayón  con lapicera en la cara…) “¿nos sentiríamos  tan indiferentes como si hiciéramos un agujero en cualquier otro lugar  del papel? Creo que no. A pesar de saber muy bien, con plena conciencia, que lo que hagamos con esos retratos no perjudica en nada a los representados, experimentamos un vago reparo  en herir su imagen. De alguna manera  sigue existiendo en mí el absurdo sentimiento  de que lo que se hace en un retrato se hace también sobre la persona que representa.”
Hay algo en nosotros que Gombrich  nombra como “primitivo” que quizá más que esa ligera aseveración , sea un conocimiento  atávico del  que nos hemos encargado  en  el devenir del tiempo y con  la velocidad  que tomaron  nuestras vidas,  de  erradicar o al menos disminuir hasta la insignificancia.  Esa, nuestra intuición o modo de sentir “primitivo” ha quedado adormilado. Por  la reflexión insuficiente, o por  el   inevitable arribo a lo que consideramos   urgente y prioritario: el   cubrir nuestras vanas  necesidades  con  las frivolidades del materialismo…
Es sabido que el hombre, en sus orígenes culturales, se forjo viviendo sus vidas   en cuevas, en las montañas, temía al trueno, y a todo lo desconocido. Pero  así también tenía una fuerte  intuición, una comunión con el mundo espiritual de la que fuimos despojándonos  paulatinamente en el  transcurso de nuestra historia evolutiva.
 “Todo ritual tiene un modelo divino, un arquetipo; el hecho es suficientemente conocido como para que nos baste con recordar algunos ejemplos. Un proverbio hindú nos dice: “Debemos hacer lo que los dioses hicieron al principio”, “Así hacen los dioses; así hacen los hombres”.( Eliade, El mito del eterno retorno).
En definitiva , lo destacado de esta intervención , es la reacción del publico ( con sentido común, sentido que parece haber abandonado al artista) que se ha sentido ofendido ,con justa razón a mi juicio,pero que nos ha dejado claro que aun tenemos esa sensibilidad como tesoro y que a mi parecer , debemos dejar relucir y cultivar.
…es esto solo un análisis  para la reflexión , de los alcances del arte en nuestros tiempos


La instalación era una de las obras expuestas en la Feria de Arte Contemporáneo Argentina (FACA).


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